miércoles, 9 de mayo de 2007

retornos


Vuelta de reversos




Hace casi un siglo que comenzó todo: la partida de los inversos, esos que somo pero que dejamos de ser cuando se va la gente, atendiendo mucho a eso de que "somos lo que la gente deja en nosotros", de esa manera se justifioca la unidad que tanto se proclama en la Iglesia. Como fuere, ante la partida, solo queda los reversos, osea, la gente normal y cuerda que quedamos por la lejania de esa gente que nos hacia no - normales.
Con ello se pierde el grado de perfección, debido a que, al partir lo inversos, se acciva nuestro estado de imperfección; es decir, nos damos cuenta de que no somos perfectos. POr ello, la prefección es el estado dormido de la imperfección, el estado silencioso de aquel.

Las partidas son inevitables, el ser humano se ha ido acostumbrando a esas partidas, y, por ende, a perder su estado de perfección.
Algunos afirman que dicho estado de perfección puro, no es perfección propiamente dicho, se afirma que una consecuencia de los efectos de las personas sobre la persona, que no exiete dentro de la misma, sino que es "dada", casi decorada por las otras personas. Hay otros que afirman lo contrario, que la perfección está dentro de cada uno de los seres humanos y que con la ayuda de los otros, por medio de la solidaridad y la unión que existe entre las personas es capaz de activarse o alcanzar la perfección; esa perfección deja de ser perfección para convertirse en imperfección, y otras vez se busca el retorno de los inversos o el de los reversos en sentido
contrario.

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